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8 de agosto de 2009

El trabajo de la mujer egipcia

Las mujeres egipcias participaron en las actividades cotidianas de su sociedad. Junto con el hombre de los grupos populares, y al igual que aquél, las mujeres constituyeron la base de la economía y sustento de las grandes creaciones de la civilización egipcia. Sus actividades y sus responsabilidades, similares a las de sus compañeros, eran diversas: desde cumplir con el trabajo forzado hasta recolectar y cernir el trigo, recoger el lino y colaborar en general en toda labor acarreando los productos del trabajo u ofrendándolos a los muertos. Además, se conoce su participación en la preparación de alimentos, en la molienda del grano y en la preparación del pan y la cerveza, alimentos básicos de los egipcios; o bien al servicio de los comensales en banquetes. Las mujeres participaban en estas actividades al lado de los hombres, por lo que no eran segregadas como en otras culturas. Parece que ciertas ocupaciones fueron muy comunes para las mujeres: muchas eran bailarinas, acróbatas, músicas. Algunas eran supervisoras de actividades: "señora del taller de pelucas"; "señora del comedor". Su labor en las fábricas textiles y de perfumes fue su monopolio, de gran importancia dentro de la economía estatal egipcia. La participación de las mujeres en los templos fue también relevante: tanto los templos más notables en las ciudades como las humildes capillas aldeanas captaron mujeres en las altas posiciones. Sin embargo, la mujer no participaba, o participaba poco en actividades como la pesca, el pastoreo y la crianza de animales, la caza, la orfebrería o la curtiduría. El trabajo de la mujer en el hogar era el más común, y el oficio de sirvienta, una proyección del mismo. La labor más común era la preparación de la comida diaria, la limpieza de la casa y la elaboración de velas, tan necesarias para la vida cotidiana pero también para la labor de los hombres en los trabajos públicos. Una actividad asociada con el trabajo doméstico es el de la crianza de los niños; o sea, el oficio de nodriza, que fue tan importante que incluso merecía mención especial de los nobles egipcios en sus comunicaciones con los administradores de sus propiedades. Los egipcios consideraban la leche materna como un remedio esencial para distintos males, por lo que la incluían comúnmente en las recetas médicas. Y la leche de las diosas había sido básica para lograr la sobrevivencia del faraón en momentos fundamentales de su vida. De ahí la importancia de esta actividad, verdadera imitación humana de una función divina. El trabajo de la nodriza se regulaba cuidadosamente en contratos que señalaban sus obligaciones; entre ellas, proporcionar leche de calidad, cuidar al niño si enfermaba, limitar su propia actividad sexual para evitar un embarazo que la pudiese llevar a descuidar al niño bajo su cuidado, entre otras. La madre que trabajaba a veces tenía que llevar a sus hijos al lugar donde efectuaba su labor, tal vez por no tener quien los cuidase. El trabajo infantil era común, y el de las niñas y adolescentes más aún. (Fuente consultada: Señoras y esclavas - José Carlos Castañeda Reyes)

4 comentarios:

  1. Hasta hace poco la nodriza fue un personaje casi sagrado en distintas civilizaciones. Las nodrizas de los reyes gozaban de una consideracion especial.
    Pero da gusto ver que a fin de cuentas no era lo unico para lo que se tenia en cuenta a la mujer!

    Muy interesante, madame

    Bisous

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  2. Curiosa entrada.
    La mujer egipcia se dedicaba a la "limpieza de la casa", "preparación de la comida", "cuidado de los niños" y otros menesteres fuera del hogar ¿A qué me suena?
    Eso sí, por lo que cuentas, no había un buen servicio de guarderías para las mujeres trabajadoras.
    Un saludo.

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