Páginas

3 de mayo de 2009

Dos de Mayo: la rebelión de un pueblo

Lo que ocurrió el Dos de Mayo de 1808 no fue la rebelión del Estado español contra la invasión francesa, sino la del 'pueblo español' contra el ocupante tolerado por la administración del país. El Tratado de Fontainebleau firmado el 27 de octubre de 1807 permitió la entrada en España de las tropas francesas con la excusa de dirigirse hacia Portugal. Pero los franceses pronto se excedieron ocupando plazas que no estaban en su camino hacia el país vecino. El 18 de marzo de 1808 tuvo lugar el Motín de Aranjuez, debido al descontento popular y a la oposición en torno al príncipe de Asturias, el futuro Fernando VII, por parte de aristócrats que no veían con buenos ojos el poder absoluto de Manuel Godoy. La multitud asaltó el palacio de Godoy, el cual fue trasladado al Cuartel de Guardias de Corps en medio de una lluvia de golpes. Sólo se libró del linchamiento por la intervención del príncipe Fernando, el cual se convertiría ese mismo día en Fernando VII por la abdicación de su padre. Después de estos acontecimientos, el 23 de marzo Madrid es ocupada por el general Murat. El 24 de marzo, Fernando VII y su padre son obligados a viajar a Bayona para reunirse con Napoleón. Se crea en Madrid una Junta de Gobierno en representación del rey. Sin embargo, el poder real queda en manos de Murat. El 27 de abril, Murat ordena el traslado a Bayona (supuestamente en nombre del rey) de los últimos infantes que quedaban en Madrid. El 2 de mayo se concentró la multitud ante el Palacio Real. Al ver cómo los soldados franceses sacaban al infante Francisco de Paula, el gentío penetró en el palacio al grito de "¡que nos lo llevan!" Murat envió al palacio a un batallón de granaderos acompañado de artillería, los cuales dispararon a la multitud. Además de impedir la salida del infante, había que vengar a los muertos y deshacerse de los franceses. La lucha se extendió por todo Madrid durante horas. Fue una guerra callejera; partidas de barrio armadas con navajas frente a soldados profesionales. Enseguida hizo Murat entrar en la ciudad al grueso de sus tropas (unos 30.000 hombres). Cientos de españoles, hombres y mujeres, y soldados franceses murieron en esta refriega. Mientras el pueblo se levantaba contra el invasor, los militares españoles permanecían acuartelados y pasivos, siguiendo órdenes. Sólo los artilleros del Parque de Artillería desobedecieron las órdenes uniéndose a la insurrección. Los capitanes Luis Daoíz y Pedro Velarde, murieron luchando heroicamente ante las tropas de Murat. La represión fue cruel. Murat no se conformó con aplastar el levantamiento, sino que quiso aplicar un riguroso castigo a los rebeldes, para escarmiento de todos los españoles. Sentenció a muerte a todos cuantos fueron cogidos con las armas en la mano. Se prohibió cualquier reunión en sitios públicos y se ordenó la entrega de todas las armas. Las clases pudientes parecían preferir el triunfo de Murat antes que el de los patriotas, compuestos por las clases populares. Los sucesos del Dos de Mayo no acabaron con los ímpetus revolucionarios de los españoles como esperaba Murat, sino que la sangre derramada dio la señal de comienzo de la lucha en toda España contra las fuerzas invasoras.

5 comentarios:

  1. Ay pero si es verdad, ayer fue el 2 de mayo, no caia yo en el detalle!

    Hay que ver, madame, igual nos hubiera ido mejor con los franceses que con Fernando VII. Porque la verdad que menuda cruz nos tocó con el.

    Bisous

    ResponderEliminar
  2. Bueno sí, Fernando VII fue un rey desastroso, pero que nos invadan los franceses tampoco es plan, no no...

    ResponderEliminar
  3. Vaya tela con Murat... Me ha gustado porque está explicado superclaro, Kassio.

    ResponderEliminar
  4. El episodio del Dos de Mayo recuerda a todo un pueblo que se reveló contra un opresor como una sola persona. Y no es para menos: las autoridades había hecho oídos sordos a la entrada de los franceses en España, más bien habían colaborado para ello. Los reyes Carlos IV y Fernando VII en Bayona, mientras la Junta dejada por éste instaba a la calma mirando para otro lado.
    El pueblo de Madrid no pudo mas y tomó las riendas de la Historia.
    Gracias por recordarnoslo
    Saludos

    ResponderEliminar
  5. Como dejo dicho Napoleón: España entera se comporto como un hombre de honor.
    Lo que no se, es hasta que punto no nos equivocamos de enemigo.
    Les recomiendo La Sombra del Aguila de Pérez Reverte, una visión muy acida del papel de los españoles en las Guerras Napoleonicas

    ResponderEliminar

Gracias por tu comentario.